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ECOGRAFÍA 3D Y 4D

ECOCARDIOGRAFIA FETAL


La cardiopatía congénita se presenta en 8 a 15/1000 recién nacidos vivos en la población general y es la causa de alrededor de 20% de las muertes neonatales, aunque, según el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), participa en forma directa o indirecta en más de 40% de las muertes infantiles. Este tipo de malformación es 6 veces más frecuente que las aneuploidías y 4 veces más frecuentes que las malformaciones del sistema nervioso central, como por ejemplo, la anencefalia; sin embargo, éstas no suelen pasar inadvertidas, como ocurre con las cardiopatías. Debido a lo anterior se ha elaborado un largo listado de las condiciones, tanto maternas como fetales, en las que se debe solicitar una ecocardiografía antenatal, pero es importante recordar que, igual que en las demás áreas de la obstetricia, los grupos de riesgo no acumulan más de un tercio de los casos: sólo 10% de los niños cardiópatas provienen de un grupo de riesgo y los restantes 80% a 90% provienen de madres de la población general .

Cuándo se realiza la ecocardiografía fetal

Según normas internacionales se debe realizar entre las 18 y las 24 semanas. Aunque hay muchos trabajos de investigación que hablan de una Ecocardiografia del Primer Trimestre; es recomendable que en todo examen que se realice al niño antes de nacer, aunque sea a las 40 semanas, en el caso de un embarazo en vías de prolongación, se debe mirar el corazón en busca de patologías evolutivas, ya que siempre existe la posibilidad de que en los exámenes anteriores se haya pasado por alto el diagnóstico de cardiopatía congénita. La pesquisa oportuna puede hacer la diferencia en cuanto a la sobrevida del niño.

Esta técnica ha dado tan buenos resultados, que la Sociedad Internacional de Ultrasonido en Obstetricia y Ginecología recomienda la imagen de cuatro cámaras del corazón como referencia del examen básico que se debe realizar en todos los pacientes. En el examen se debe identificar lo siguiente: que haya dos válvulas, dos ventrículos y dos aurículas, de tamaño similar; que la punta del corazón se ubique sobre el estómago, hacia la izquierda; que detrás de la aurícula izquierda haya sólo un vaso; que el septum y la cruz del corazón estén intactos; y que la válvula tricúspide esté levemente más apical que la mitral. Este examen se debe realizar en toda la población, idealmente entre las 18 y las 24 semanas de gestación, como examen básico de rutina. Algunos de los requisitos que deben cumplir las máquinas se pueden resumir en los siguientes pasos: oprimir el modo ecocardiografía fetal en la máquina o elegir el modo que tenga la mayor cantidad de cuadros por segundo

Cómo se hace la ecocardiografía fetal

Se recomienda utilizar todas las herramientas disponibles: 2D, doppler, modo M y ultrasonido tridimensional. El ultrasonido 3D permite obtener imágenes muy nítidas, con volumen, del corazón y todas sus estructuras anatómicas: válvulas, foramen, bandas moderadoras, septum e incluso permite apreciar la contractilidad miocárdica, aunque esto no ayuda en forma significativa al diagnóstico. Lo importante de este tipo de examen es que se puede enviar a otras instituciones, ciudades, países o continentes para que lo examine un experto, hecho que constituye una ventaja muy importante.

La nueva técnica STIC (Spatio-Temporal Image Correlation) realiza una correlación espacio temporal de las imágenes y añade movimiento a la ecografía 3D, lo que permite obtener, no sólo información anatómica, sino también funcional. En la siguiente figura se muestra cómo esta técnica permite ver dos planos simultáneos en tiempo real: el plano de las cuatro cámaras y el plano ortogonal, que corresponde, en este caso, al arco ductal. Con esta técnica se examina el corazón en forma bidimensional o en forma volumétrica, como se ve en la imagen; con el transductor sobre el abdomen, se puede girar y observar la imagen de cuatro cámaras del corazón, y el plano de sección ortogonal permite visualizar cómo está la salida de los vasos sanguíneos. No está clara la utilidad futura de esta técnica, pero es probable que tenga muchas ventajas en el ámbito docente y en la transmisión de imágenes.

Algunas técnicas nuevas, que se conocerán más en los próximos años, permiten estudiar la función miocárdica. Entre ellas está el doppler tisular, técnica en la que no se colorea los glóbulos rojos, sino las estructuras en movimiento y permite saber cómo está la contractilidad del corazón y la velocidad con que se contrae y relaja el miocardio. El desarrollo de estas nuevas técnicas abrirá una puerta para el estudio de la disfunción miocárdica sin recurrir a índices directos, como se hace en la actualidad.